sábado, 21 de abril de 2012

El cuidado de las cosas

Limpio los zapatos, los cepillo con esmero, sin prisa, la acción me abstrae, los unto de betún, como si se tratara de una hidratación corporal, mientras, me viene al pensamiento la "obsolescencia programada" la entrecomillo porque más que un concepto me parece un tumor que hay que marcar, pienso en el futuro, en la sostenibilidad, en mi hija, en las necesidades innecesarias, en mis zapatos envejecidos, en el cuidado que les prodigo y en que ya puedo sacarles brillo con la gamuza y, mientras lo hago, me acuerdo de Gandhi y una de sus citas: "El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de unos pocos". Me calzo los zapatos y salgo a pasear por este mundo suficientemente grande pero cada vez que paseo por una calle de mi ciudad, me invade la angustia de saber lo caducos que somos y lo obsoleto que se queda todo, pienso en mi hija y en el mundo que le quedará por vivir, ojalá le duren muchos sus zapatos y pueda caminar sin tanta angustia.